lunes, 6 de junio de 2011

La Noche le dijo al Día



La Noche le dijo al Día: Me siento afligida, porque cuando aparezco los niños dejan los juegos, las mujeres cierran las ventanas y corren las cortinas, los hombres atrancan las puertas, las almohadas son aplastadas. Siempre me encuentro sola.
El Día también confesó su aflicción: Igual me ocurre a mí. Pero no es la soledad lo que me molesta. Es la falta de ella. Apenas sale el sol, las ventanas se abren de par en par, la gente se vuelca a las calles, los niños juegan en los jardines y las sombrillas brotan de la arena.
Ambos guardaron silencio. Después de transcurridos unos cuantos segundos la Noche suspiro y dijo: Si tuviera algo de día.
Como respuesta a su comentario el Día dijo: si tuviera algo de noche.
Luego, poseído por una buena idea, propuso: Te daré algo de sol. De esta manera tus horas no serán tan oscuras. La Luna, conmoverán las emociones de las personas tendiendo sus deseos a buscar diversión, volcándose a las calles, así estarás animada cuando lo desees; y cuando no, te bastará con apagar la lámpara.
La Noche, alentada por la propuesta del Día, propuso  a su vez: Te daré algo de mi oscuridad. Cuando desees estar solo, cubrirás el sol con los nubarrones negros que te obsequiaré, entonces podrás caminar por las calles sin que nadie te moleste, cuando quieras mojar las aceras con tu lluvia de melancolía.
En los días de luna, los hombres dirán que hermosa es la Noche.
En los días sin sol, los hombres se preguntarán a dónde se fue el Día.